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Pasar
una semana en Menorca en un campamento de verano siendo adolescente es un “planazo”
y más después de saber qué es vivir confinados. Pero… si, como a Lía, tus
padres te llevan por tus problemas con el móvil y en la última parada para
recoger campistas se sube al todoterreno una compañera de clase con la que
nunca te has entendido…
Además,
la primera noche, en el cuarto de baño, aparece un pájaro ensangrentado con un
alambre clavado en el cuello. Nada grave si los demás no hubieran oído de tu boca:
“Los pájaros me parecen ratas voladoras y no me importaría que se extinguiesen.
Son estúpidos. No tienen cerebro. Para mí sobran.”
Los
desagradables sucesos con pájaros como protagonistas se siguen produciendo y
todas las sospechas apuntan hacia Lía. Beatriz la acusa directamente: “La
expulsaron un mes del instituto por dejar una rana muerta y cubierta de sangre
sobre la mesa del director”.
Por
si no fuera suficiente, las actividades de animación programadas consisten en
conversaciones con adultos, disfrazados de Sócrates, Platón, Kant o Nietzsche,
entre otros, que os increpan e incomodan con extrañas cuestiones:
“Qué
pasa ¿te da miedo ejercitar tu mente?”
“Creéis
que eso que visteis es la verdad. Pero ¿lo es? ¿Podéis estar seguros?”
“¿Tú
has actuado como crees que debería actuar todo el mundo, Beatriz? ¿Crees que
todo el mundo debería mentir y engañar?”
“Habéis
adoptado la moral del esclavo. Un esclavo es el que renuncia a su libertad
porque no está dispuesto a arriesgar nada para conquistarla.”
¡Qué
asco de verano!
Pero…
y si las preguntas te ayudan a examinar lo que hasta ahora habías dado por
supuesto, a mostrar lo que las apariencias esconden, a superar prejuicios, a
enfrentar problemas, a tener en cuenta a los demás, a pensar por ti mismo/a … a
resolver el misterio del campamento “Utopía”. Y si esas extrañas clases de Filosofía
te acaban descubriendo si un no lugar puede convertirse (o no) en el
mejor lugar…
Esta novela juvenil presenta una aventura que compromete la estancia “ideal” de un grupo de adolescentes, jalonada de conceptos fundamentales de la Filosofía Occidental: la ironía y la mayéutica socrática, el mundo de las ideas de Platón, la duda metódica cartesiana, el imperativo categórico kantiano, la filosofía como acción transformadora de lo real de Marx, la importancia de la naturaleza de Thoreau o su desobediencia civil o la propuesta existencialista y feminista de Simone de Beauvoir. La necesidad de hacerse preguntas, de proporcionar buenos argumentos, y por tanto, la necesidad de razonar, de resolver dilemas morales, de dialogar, se mezclan con la trama, en la que Lía y sus compañeros tienen que entenderse y convivir, sin adultos que resuelvan sus problemas. Un libro muy recomendable para iniciar la reflexión filosófica en los últimos cursos de la ESO. ¿Será esto también una utopía?
Isabel Mª
García Conde
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