La elegancia del erizo,
Muriel Barbery
Editorial Seix Barral
Una compañera cuyas opiniones literarias
respeto en grado sumo me comentó: “Es una novela muy francesa”. Y efectivamente
dio en el clavo. No sólo por su protagonista, una portera de un inmueble
burgués de París, personaje bastante frecuente en la literatura y el cine en
Francia, sino también por la presencia de elementos que caracterizan nuestra
visión de lo francés: análisis de la sociedad, importancia
de la razón, de la cortesía y de la elegancia. La autora, profesora de
Filosofía, sazona con referencias y meditaciones filosóficas toda la obra. Pero
el núcleo de la narración es una vuelta de tuerca al personaje de la Cenicienta,
el personaje del cuento popular cuya primera versión escrita fue del francés
Perrault en 1697. En efecto, nuestra protagonista es una Cenicienta no muy al
uso: 54 años, portera de profesión (concierge,
una de las primeras palabras que aprendíamos en la clase de francés en mi época
de estudiante. Todavía resuenan en mi memoria estas frases: “-Qui est-ce? –La
concierge”). Una mujer viuda, sola y sin estudios, para quien su verdadera hada
madrina impersonal y mágica ha sido la cultura (el pensamiento, la lectura, el
amor por la belleza y el arte). Cuenta también con otras hadas de carne y hueso
y con un príncipe poco convencional.
No daré más detalles, pues corro el riesgo de sacar a la luz lo que debe ser preservado hasta el final. La elegancia del erizo es un canto a la esperanza, al conocimiento, a la vida sin paliativos, incluso a la aceptación serena de lo irreversible. Una reflexión imprescindible en los tiempos que vivimos. Un libro efectivamente muy recomendable.
Amelia Montiel Ruiz
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