En la fundación


En la fundación
La Joven Compañía
(Sobre la obra teatral de Buero Vallejo)

Recientemente hemos asistido a esta representación de la Joven Compañía, dirigida por Irma Correa, para jóvenes como nosotros, entre dieciocho y veintisiete años. Se trata de una adaptación de la obra La Fundación, que se estrenó en 1974, en los últimos años de la dictadura franquista. Es una de la obras de Antonio Buero Vallejo que más éxito de público y crítica ha conseguido, tanto por su dramatismo en el argumento como por la novedad en las técnicas dramáticas utilizadas.
La obra plantea un choque entre realidad y ficción, entre apariencia y realidad, aunque el final se inclina a favor de la verdad. Tiene lugar en una habitación compartida por seis hombres, que son: Asel, Tomás, Max, Lino Tulio y un hombre sin nombre. Estos personajes se encuentran en una institución, llamada La Fundación, donde llevan a cabo distintos proyectos de investigación. Todos están en una habitación descrita como un lugar agradable, con unas maravillosas vistas.
Toda la obra gira en torno a la perspectiva de Tomás, el protagonista. A lo largo de la historia veremos que estos seis personajes mantienen una tirante relación por estar llena de secretos y por las diferencias de personalidad. Tomás tiene la sensación de que sus compañeros conspiran contra él, de que disfrutan irritándole, negando la veracidad de sus palabras, hablando en clave o cambiando objetos de la habitación. Cada vez es más evidente que algo raro sucede: hay un hombre enfermo (cuyo nombre se desconoce) al que no le dan nada de comer desde hace días; además se producen extraños cambios en los objetos de la habitación; persiste un mal olor que Tomás atribuye a las cañerías del cuarto de baño; y sorprende la costumbre del encargado de La Fundación de cerrarles la puerta con llave todas las tardes. Pero la verdad no la descubriremos hasta bien avanzada la obra. Todo conduce a un final inesperado, clave en la historia y en el mensaje que la obra quiere transmitir.
Es una obra muy interesante. Y la Joven Compañía realiza un trabajo espectacular.
Marina Azábal
2º Bach. A

3 comentarios:

  1. Lucía Gomez (2º Bach. A)6 de diciembre de 2018, 20:28

    Este drama cuenta una historia desde la perspectiva del protagonista principal, Tomás, un personaje que vive en un mundo paralelo para evitar enfrentarse a la dura realidad.
    La obra aborda diversos temas relacionados con este arranque. El tema principal es la oposición entre realidad y ficción, es decir, entre opresión y libertad. La obra es una crítica a una sociedad violenta que reprime a los individuos que no pueden desarrollarse plenamente como personas. Pero también toca temas como la lucha por liberarse de esa situación; la amistad y la cooperación, gracias a las cuales cada uno en aquel espacio cuida al otro para garantizar su supervivencia; la dignidad, que se muestra sobre todo en el personaje de Asel, quien toma una decisión muy importante en el desenlace final de la trama.
    Nada más empezar, el escenario muestra cuatro puertas abiertas que permiten ver elementos diferentes relacionados con la vida en la fundación: el aseo, la alimentación, el ocio… A medida que avanza la obra, estas puertas se van cerrando y los objetos desparecen. La escenografía va adecuándose a la realidad de los personajes, hasta el punto de que cuando las puertas se cierran, aparecen los uniformes y las rutinas y… Y se van resolviendo todos los enigmas que se planteaban desde el principio de la obra.
    Yo recomiendo la obra porque ha conseguido algo muy difícil que es hacernos mantener la atención de principio a fin; su desenlace abierto es muy diferente a cualquiera que te puedas imaginar, porque en esta obra nada es lo que parece.

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  2. Alba González (2º A Bachillerato)6 de diciembre de 2018, 20:32

    Los personajes afrontan los problemas de diferentes maneras, lo que nos permite ir descubriendo progresivamente la realidad que uno de ellos, esperanzado, evita hasta casi el final de la representación. Me parece interesante la manera de reflejar el proceso que se produce en su interior. Además, la locura del protagonista aparece como tema general a lo largo de la obra, pese a que otros personajes son conscientes de la realidad. Otros temas que me han parecido interesantes son: el deseo de superación, el ideal de libertad y el poder de la opresión.
    Los cambios en el escenario ayudan a comprender el desarrollo de la trama. A través de la música se crea un ambiente que contribuye a producir intriga en las escenas más tensas o a relajar el ambiente en las escenas de alucinación (Al principio y al final de la representación se oye Guillermo Tell, de Rossini).
    El espectador sufre el proceso a la vez que lo vive el protagonista gracias a la puesta en escena de unos actores que reflejan el engaño y el sufrimiento de los hombres encerrados y hacen dudar de lo real o lo ilusorio que nos rodea.
    Me parece una obra interesante por su contenido, a la vez que atractiva por su original puesta en escena. Nos invita a reflexionar sobre aspectos políticos del pasado que nos permiten entender el presente y la opresión que sentimos nos afecta y nos transforma.

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  3. Raúl Andrés Martín (2º Bach. A)6 de diciembre de 2018, 20:35

    Es una de las mejores obras de teatro que he visto, no solo por los temas que trata, sino también por la buena interpretación de los actores y por la interesante escenografía con que se representa la técnica de inmersión desarrollada por Buero Vallejo.
    Toda la obra gira en torno a la forma de ver la realidad de Tomás. A medida que avanza la obra vemos cómo se van desvelando los secretos que escondían los personajes. Poco a poco, Tomás se va dando cuenta de que en esa habitación empiezan a pasar cosas extrañas: nadie ve a su novia, los objetos empiezan a ser remplazados por otros o incluso desaparecen, hay un olor apestoso que Tomas piensa que proviene de las tuberías del baño… Estos cambios van transformando el decorado, la puesta en escena, para hacernos visible lo que imagina Tomás pero también la realidad del resto de los personajes. Me pareció interesante la utilización del micrófono y de la cámara que grababa lo que ocurría detrás del escenario. También me llamó mucho la atención el vestuario simbólico de los personajes: todos llevan prendas muy semejantes, en tonos grises; excepto Tomás, vestido de blanco, y su novia, que aparece con un vestido rojo.

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