Palabras de pan, Blanca Alvarez.
Editorial Edelvives,
2005
Clara, una niña ciega, pastorea
habitualmente por los bosques cercanos a su casa guiada de su fiel y sabia vaca
Nube. Lo que nunca pensó fue que le propusieran un trato tan extraño como el
que le planteó Santiago Balboa, un maquis que vivía oculto en aquella zona tras
perder a sus compañeros: palabras a cambio de pan. Los relatos del hombre
asombraban a la niña, mientras ésta no sólo le llenaba el estómago, sino
también el corazón, devolviéndole las ganas de vivir. Lo que la pequeña no
sabía es que todas aquellas historias del soldado se tornarían en un remolino
de sorpresas y hallazgos, que la ayudarían a descubrir el mundo.
Es una novela que te atrapa desde
el primer instante, emotiva y apasionante, que te despertará emociones en cada
capítulo, haciendo que te adentres cada vez más en la asombrosa vida de Balboa.
Cristina Portal Pérez, 1º Bach. A
Palabras de pan es un libro de cuentos. Nos narra la historia de cómo
una dulce niña ciega consigue devolver la esperanza a un hombre que cree
haberlo perdido todo en la guerra.
Emotiva y dura, esta historia nos transportará en el tiempo con los relatos de Santiago. En uno de ellos conoceremos a un hombre sin sentimientos, que aborrecía al ser humano por conformarse con vivir para morir. Desde pequeño, había exigido a su padre recibir una buena educación y, cuanto mayor se hacía, más solitario se volvía. Cuando su padre falleció, vendió sus tierras y partió sin rumbo fijo. Durante años, viajó, investigó y aprendió más que cualquier hombre en la Tierra. E inventó un reloj que le daba información hasta del día en que se encontraba, convencido de que así encontraría la inmortalidad.
Emotiva y dura, esta historia nos transportará en el tiempo con los relatos de Santiago. En uno de ellos conoceremos a un hombre sin sentimientos, que aborrecía al ser humano por conformarse con vivir para morir. Desde pequeño, había exigido a su padre recibir una buena educación y, cuanto mayor se hacía, más solitario se volvía. Cuando su padre falleció, vendió sus tierras y partió sin rumbo fijo. Durante años, viajó, investigó y aprendió más que cualquier hombre en la Tierra. E inventó un reloj que le daba información hasta del día en que se encontraba, convencido de que así encontraría la inmortalidad.
En
tiempos de guerra, ¿existe acaso la simple posibilidad de pensar en la
inmortalidad? Este relato me llamó la atención porque habla sobre la obsesión de
evitar la muerte, pero está narrada por un hombre que sabe que sus días están
contados. Hay una clara contraposición entre lo que busca cada personaje.
Nuestro protagonista principal quiere sobrevivir en un mundo difícil, pero el
hombre del relato busca huir de la muerte.
Sin embargo, ¿vale la pena esa búsqueda de la inmortalidad?
Sin embargo, ¿vale la pena esa búsqueda de la inmortalidad?
Carla Díaz Sánchez, 1º Bach. A
La primera historia que Santiago Balboa cuenta a Clara, la joven ciega que pasea por los montes de Vigo junto con su vaca Nube, es la historia de sus abuelos, una historia de amor y represión.
ResponderEliminarSu abuelo, Alejandro Balboa, huye a Cuba junto a su compañero Daniel Soto, en busca de una vida mejor. Allí, consigue crear un pequeño negocio y se enamora de una joven cuyos ojos le hipnotizan. Esta, de nombre María, no había tenido una vida fácil; había sido rechazada por su padre, al causarle la muerte a su madre en el parto, y había vivido alejada de él con Persea, la sirvienta negra de la hacienda del señor. Un día, Silverio ve a la hermona joven y, tras descubrir que es su hija, la acepta en su palacio y la sobreprotege hasta el punto de retenerla con la esperanza de que ningún joven pueda amarla si ella no le ama a él. Hasta que aparece Alejandro. Con la ayuda de Persea, los enamorados consiguen huir en un barco a la península. Pero en el viaje, la abuela de Lápices se enamora del capitán y le estotalmente imposible llegar a querer a su marido.
Tanta espera para encontrarse y finalmente ella termina enamorándose de otro. Pero el corazón y el destino parecen no tener lógica ni patrón.