Zalacaín el aventurero, Pío Baroja,
Editorial Vicens Vives, 2014
Zalacaín el aventurero (1902) es una obra de Pío Baroja perteneciente a la trilogía La
tierra vasca, ambientada en la época de la tercera guerra carlista, en
el País Vasco. En ella, Baroja muestra el ideal de una vida de acción y
de aventura, en claro contraste con la vida del propio autor. Además, refleja
la crisis de fin de siglo con un protagonista activo, que busca el sentido de
su existencia.
Pertenece a la primera
etapa (la más creativa del autor) caracterizada por la aparición de
protagonistas inadaptados y enfrentados al mundo, como podemos ver en el
protagonista de esta novela. Narra la historia de un joven liberal inquieto y
socialmente activo que se resiste a aceptar la inactividad española de la época
y se sumerge en numerosas aventuras, relacionadas con el comercio de
contrabando, ya que él proporciona armas y munición al bando carlista, por lo
que recibe grandes cantidades de dinero. Aunque el personaje principal es
reflejo de la ideología liberal del propio autor, muestra su oposición a los carlistas,
a los que critica en términos muy duros. No milita en la guerra a favor del
bando liberal porque, a la muerte de su tío, le promete dedicarse al comercio
del contrabando para enriquecerse. Más allá de esta postura partidista,
aparecería en la novela la caracterización de la guerra carlista como una
consecuencia más del atraso de España respecto a la sociedad europea.
Esta obra, con claro
predominio de la acción, que narra una de las grandes guerras de la historia de
España, muestra a la perfección las grandes novedades narrativas introducidas
por la Generación del 98, muchas de las cuales solo son características del
autor que mejor encarna el pesimismo de la época. Así, las más destacables
serían:
- El ritmo ágil y rápido marcado por acciones trepidantes, cambios de
escenario (distintos pueblos del País Vasco), constante desfile de personajes
(entre los que nos encontramos verdaderos protagonistas de la historia
española, como Don Carlos o Martínez Campos)
- El protagonista, hombre de acción, Martín Zalacaín, el cual lucha por
escapar de la mediocridad, manteniéndose siempre activo sin lograr llegar a
realizarse por completo. Acaba vencido del mismo modo que le había sucedido en
el pasado a un antepasado suyo.
- La importancia del ambiente en el que se desarrolla la acción,
moviéndonos principalmente entre dos terrenos, el carlista y el liberal, con
grandes descripciones. Influye en el comportamiento de nuestro protagonista,
teniendo que actuar de una manera u otra según dónde se encuentre.
- El narrador refleja su visión acerca de los acontecimientos y personajes,
mostrando su rechazo al carlismo y su gran admiración hacia los hombres de
acción.
Frente a Martín
Zalacaín, nos encontramos con Carlos Ohando. Entre ellos hay un inevitable
duelo que solo puede acabar con la muerte. Este enfrentamiento simbolizaría la
luz y la sombra que encuadra su carácter moral. Mientras que Martín se
caracteriza por su alegría de vivir y una enorme confianza en sí mismo, siempre
capaz de olvidar y perdonar, Carlos Ohando muestra un gran odio y envidia, que
acaban convirtiéndose en auténticas enfermedades: el fanatismo y la crueldad de
su linaje ancestral, enfrentado siempre al de Zalacaín. Así, Carlos (cuyo
nombre es significativo al ser defensor de la causa carlista) mostraría las
características de los carlistas, criticados en esta obra por Pío Baroja.
Elizabeth Martín García
2º Bach. B
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