José de Valdivieso
El
viernes 5 de mayo los alumnos de 1º de Bachillerato fuimos de visita cultural a
Madrid. Por la mañana, nos dividimos en dos grupos: uno visitó la Biblioteca
Nacional, mientras que el otro iba a una exposición sobre la pintora Leonora
Carrington.
Después
de comer, nos reunimos de nuevo cerca del Museo del Prado. Desde allí,
emprendimos una caminata de unos 45 minutos para llegar al Corral Cervantes,
donde íbamos a ver un auto sacramental titulado El Hospital de los Locos, de
José Valdivieso, un dramaturgo contemporáneo de Lope, Calderón y Cervantes.
La obra representa la lucha entre el bien y el mal. Así, los
personajes se dividen en dos grupos: los que están del lado del bien:
la Inspiración y la Razón. Y los que simbolizan el mal: la Locura, el Engaño,
el Deleite, la Gula, la Carne, la Envidia, el Mundo, Luzbel, la Culpa y el
Género Humano. Muchos de estos últimos están encerrados en un hospital y su
mayor intención es capturar al Alma. Para ello, planean volverla loca y
hacer que se quede con ellos. Ella se encuentra en un torreón custodiada por
la Razón, que junto con la ayuda de la Inspiración, intenta evitar que caiga en las tentaciones. Pero, pese a sus esfuerzos, el Alma consigue escapar y llegar
al hospital, donde comienza a bailar con la Carne y la Gula, entregándose al
deleite. Sin embargo, consigue liberarse y escapar, guiada por la Inspiración
y con el perdón de Jesús.
Sinceramente,
la obra nos sorprendió gratamente. Al principio, no sabíamos muy bien lo que
ocurría en las primeras escenas, pero a medida que avanzaba la acción, todo fue
cobrando sentido y estábamos ansiosos por descubrir lo que iba a ocurrir a
continuación. La actuación musical y escénica de todos los personajes del
hospital y del Alma era impresionante y nos impactaron varias escenas, como aquella
en la que el Alma se entrega a la Carne o cuando la Inspiración la guía en su
camino al perdón. Todos cantaban y bailaban de manera acorde con sus personajes
y se nos hizo muy divertido de ver. Había momentos en los que se nos llegó a
erizar la piel de la intensidad que tenían ciertas escenas o de las interpretaciones
de los actores, que eran inmejorables, pues cada uno transmitía de una forma
distinta todas las emociones y pensamientos de su personaje. Muy recomendable.
Natalia
Arenas y Natalia Sánchez
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