El francotirador paciente


El francotirador paciente, 
Arturo Pérez-Reverte. 
Editorial Alfaguara, 2013

“Imagina una ciudad de colores, de impactos, de frases, de pensamientos que harían pensar, de mensajes reales de vida. Una especie de fiesta urbana donde todos estuvieran invitados y nadie quedase excluido jamás…”

Entre las novedades que podéis encontrar en la biblioteca, destaca la última novela de Arturo Pérez-Reverte.
Como es habitual en sus libros, el autor profundiza en un tema, lo investiga y digiere para acercárnoslo con una prosa sencilla y amena.
La novela en una reflexión sobre el llamado arte urbano. El tema pasa por ser un mundo oscuro para los adultos pero fascina a muchos jóvenes. Es un estudio de los grafiteros, de sus tags y pinturas, de sus intenciones y valores. Resulta fácil trasladarse a la noche con ellos, con sus pasamontañas y mochilas manchados de pintura. Siempre alerta, viviendo el peligro, lo que proporciona a la novela una lectura fluida y veloz.
La trama principal nos lleva a buscar a Sniper, el francotirador que con sus aerosoles ha convertido sus pintadas en obras reconocidas por críticos de arte. Pero él no busca esto, él se siente un guerrillero urbano que está al margen del éxito y del dinero. En ese juego entre la fama y lo prohibido se mueve Sniper, y eso lo convierte en una figura tan huidiza como interesante, en un mito al que encubrir y esconder. Será Lex, una experta en arte contemporáneo, quien se proponga encontrarlo.
Parece una novela policíaca pero también es una reflexión sobre el arte en la actualidad, sobre su valor y sus contradicciones.
Por último, la narración tiene algo de libro de viaje. Pérez Reverte nos enseña algunas ciudades europeas, realizando guiños a genios de la literatura en Lisboa o a rincones universales en Verona, para terminar en la bahía de Nápoles, cerca del Vesubio. Quizá la elección de esta ciudad para el desenlace no sea una casualidad. Desde luego, llama la atención por su proximidad a los grafitos pompeyanos, los más claros ejemplos de que la reflexión, la ironía, o el cabreo social, reflejados en un muro, no son exclusivos de nuestra época. 
Mierda, contra la pared afirma un grafiti pompeyano; si es legal, no es grafiti es el lema del protagonista, el francotirador paciente.

Alberto Domínguez Calvo

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